Retazos de la vida de un mito del Tai Chi Chuan
En este texto se recogen varias anécdotas sobre el maestro Chen Fake (1887-1957). No son historias recopiladas de otros textos o del Internet, sino contadas verbalmente a Pedro Valencia y Cecilia Lam por el mismo maestro Feng Zhi Qiang cuando vino la primera vez a España en el año 1998. Son recuerdos auténticos de un maestro cuya figura virtuosa perpetúa en el mundo de las artes marciales.
Una de estas anécdotas nos da un claro ejemplo de la eficacia marcial del Tai Chi Chuan mostrada por el maestro Chen Fake.
El maestro Feng nos contaba que la fama del maestro Chen Fake como un experto casi invencible del estilo Chen provocaba muchos desafíos y retos de otros maestros de diferentes estilos. Aunque el maestro Chen no estaba a favor de las peleas e intentaba siempre eludir los desafíos con mucha cortesía, sin embargo, en varias ocasiones se vio obligado a aceptar el duelo por la insistencia enérgica del desafiante. En una de estas ocasiones, admitió combatir con un maestro experimentado llamado Xíu Yuzhan quien dominaba el estilo Yang, Pakua, Hsing-I y algunos otros estilos más.
Al duelo acudieron numerosos espectadores ansiosos de ver la gran pelea entre los dos maestros. Los dos contrincantes se pusieron en posición para iniciar el combate. El maestro Xíu adoptó la táctica ofensiva y se abalanzó sobre el maestro Chen. En el preciso momento en que los dos maestros entraron en contacto, los espectadores vieron cómo el maestro Xíu salía despedido y se cayó sobre la barrera humana que estaba alrededor. Nadie apreció algún movimiento del maestro Chen quien se mantenía inalterado en su posición inicial. Viendo con sus propios ojos esta manifestación energética, el maestro Xíu y los espectadores presentes comprendieron la cuantiosa potencia interna que el maestro Chen poseía. A raíz de este duelo, el maestro Xíu entró a la escuela del estilo Chen para seguir las enseñanzas del maestro Chen Fake.
Muchos de los grandes maestros son recordados y respetados no solo por su destreza en el estilo, sino por su condición humana. El maestro Chen Fake era uno de estos maestros cuya virtud marcial le hizo inmortal. Varias anécdotas contadas por el maestro Feng corroboraban tal merecido.
Contaba el maestro Feng que en la época del maestro Chen Fake era muy corriente ver artistas marciales diestros demostrando sus habilidades en plazas o calles transcurridas para ganarse la vida. Un de estos artistas marciales, experto en Shui Jiao (boxeo chino) llamado Zhen San, retó con mucha insistencia al maestro Chen Fake, no solo con la idea de comprobar la eficacia marcial del Tai Chi Chuan, sino, lo más importante, ganar el combate. La victoria aumentaría su reputación y por lo tanto, su recaudación por las demostraciones.
El maestro Chen Fake accedió a la petición diciendo que sus conocimientos sobre el Tai Chi Chuan jamás se podrían igualar a los de los grandes maestros antepasados del estilo, pero estaría encantado de demostrarle lo que sabía de este arte marcial. Invitó entonces al desafiante a cogerle de las manos para hacer algunas llaves de Shui Jiao.
Los transeúntes curiosos se aglomeraron alrededor de los dos esperando presenciar un gran espectáculo marcial. Zhen San puso sus manos sobre las del maestro Chen Fake con la intención de derribarlo. Durante unos segundos se quedaron los dos cogidos e inmóviles intercambiándose solo las miradas. De repente, se echaron a reír y terminó así la gran pelea que todo el mundo allí presente esperaba.
Nadie entendió nada hasta el día siguiente cuando Zhen San se personó a la escuela del maestro Chen Fake con unos presentes en señal de admiración. Al ver que ningún alumno del maestro Chen sabía lo que había pasado durante el duelo, Zhen San agradeció profundamente a la discreción del maestro Chen. Él mismo reveló entonces a todos los alumnos del maestro Chen que en realidad había perdido el combate nada más empezar, ya que se daba perfecta cuenta de que no podía vencer al maestro Chen con su nivel de Shiu Jiao. Durante los pocos segundos de contacto, notaba cómo el cuerpo del maestro Chen se amoldaba a la inercia de su fuerza y que era tan elástico que por mucho que tiraba de él. Solo conseguía subirle de cintura hacia arriba, pero los pies del maestro Chen quedaban sujetos a la tierra con toda la firmeza. En cambio, percibía con claridad que el maestro Chen podía lanzarlo al suelo en cuanto quisiera, mas no lo hizo por no ridiculizarle ante el público y estropearle su medio de vida, puesto que vencer al contrincante era lo que le aseguraba el ingreso. Y el hecho de que el maestro Chen tampoco se había vanagloriado de la victoria daba más muestra de su generosidad y respecto hacia las personas.
El maestro Feng también nos contó que el maestro Chen era un defensor fervoroso de la ética profesional. Nos relató que en una ocasión, el maestro Chen fue invitado a desempeñar el puesto de director técnico de un organismo gubernamental para sustituir a la persona encargada del departamento de aquel entonces. Para que no fuera despida esta persona, el maestro Chen propuso compartir el puesto con el actual director, sin embargo, el centro no disponía de suficiente fondo para los honorarios de los dos. Aunque estaba muy interesado en este cargo, pero al ver que si aceptaba el puesto, dejaría a otra persona sin trabajo, el maestro Chen prefirió rechazar la oferta. Con esta virtuosa forma de ser, el maestro Chen Fake se convirtió en una de las personas más respetadas de su época.
En este tiempo, el maestro Chen Fake tenía otros doce discípulos directos.
El maestro Feng y sus hermanos de escuela practicaban a diario en la casa de su maestro que era muy estricto. Si cometían algún error, por muy insignificante que fuera, les hacía repetir el trabajo diez veces con todas las correcciones. Relataba el maestro Feng que su maestro no era nada dogmático. Era muy abierto a todos los conocimientos y evolucionaba continuamente el estilo Chen. Entre el año 1950 y 1957, 8 veces había cambiado las formas que el maestro Feng estaban practicando. Dentro de las formas del estilo Chen del maestro Chen Fake, había muchos movimientos que solo fueron transmitidos a los discípulos directos.
Su gran amistad con el maestro Hu llevó a los dos a co-fundar la primera escuela en Beijing para la enseñanza del estilo Chen y de la medicina China en el año 1953. A la inauguración acudieron muchos personajes celebres del mundo de las artes marciales chinas. A partir de entonces, el estilo Chen fue cogiendo fama en Beijing y se extendió por muchos lugares del norte de China.
El maestro Chen Fake murió de enfermedad en el año 1957 a los 70 años. En su lecho de la muerte, exhortó a su hijo, el difunto maestro Chen Zhaokui y al maestro Feng a seguir practicando con diligencia y a aprender las esencias de otros estilos con una mente abierta para enriquecer el estilo Chen.
Cecilia Lam, Fundación Hun Yuan España